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lunes, 1 de julio de 2013

EL FUTURO DE LA JUSTICIA




La justicia del futuro y el futuro de la justicia, es el título de una jornada celebrada el lunes pasado en Mérida. Me parece un titulo poco afortunado, por manido y falto de originalidad. Después de haber comprobado lo poco que dio de sí. La meta que presagiaba la cartelera en modo alguno pudo considerarse alcanzada. Pero, al margen de la grandilocuencia de lo anunciado, sin duda para captar la atención de posibles concurrentes; estamos, el que más y el que menos, ávidos de información sobre esta materia: la justicia... la del “futuro” y la de “hoy”. Cuando están en candelero los temas judiciales más representativos de la parte negativa del “buen pueblo español” integrada por corruptos, agresores, parricidas, etc...; y los temas sobre reformas procesales inminentes. De los primeros tenemos suficientemente cumplida información a diario a través delos reality y por la opinión que se publica en los medios; que argumentan, conjeturan, especulan y diagnostican con un rigor técnico digno de mejor causa, cuando las heterogéneas resoluciones judiciales emitidas, en sus diferentes momentos procesales, no dejan de provocar cierta perplejidad a quienes tenemos el derecho como principal herramienta de nuestra vida laboral; o, cuándo se están acometiendo reformas legislativas de ámbito penal tan trascendentes como la Ley de Enjuciamiento Criminal, o la del tema del aborto, o la tipificación de nuevas penas, o la consideración de delitos no contemplados hasta ahora; o cuando está en estudio la aplicabilidad de nuevas tasas judiciales o si van a mantenerse los Consejos Consultivos autonómicos o no. Cuando estamos ante este escenario, nos ofrecen una reflexión sobre la Justicia del Futuro y nos tiramos a ella como gato al bofe. Nuestra sorpresa se produce cuando comprobamos que la anunciada jornada pasa sin pena ni gloria. Con una intervención intranscendente de Esperanza Aguirre que prefirió no coger el toro de las duplicidades administrativas por los cuernos y el resto de los intervinientes matinales que se dedicaron a “filosofar” sobre la manoseada división de poderes lo que nos alejaba de nuestro inicial anhelo.

Terminó, por fin la jornada, después de una tarde difícil de soportar agravada por la canícula de estos días iniciales de verano.

Estas jornadas donde se organizan bien es en el Consejo General del Poder Judicial y concretamente las encomendadas al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. Me consta.

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