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miércoles, 27 de febrero de 2013

EL BUZÓN DE BARCENAS





El cocktail es explosivo: frenesí por recaudar, administración mastodontica (quiero decir empleados públicos por doquier bastante de brazos cruzados dispuestos a pasarse por las armas de su función a tirios y troyamos), descontrol en su organización, descoordinación total. Ahora, escasez de medios técnicos y humanos (hasta hace poco, a la más mínima sensación de necesidad se tiraba de lista y se adjudicaba un puesto al primero que se pusiera por delante). Resultado: "ciudadano date por jodido". El haberte levantado de la cama te va a costar algo. Seguro.Y, además, probablemente tengas que contribuir no solo con lo que te corresponde sino con el incremento que te atribuyan indebidamente como consecuencia del error en el que haya podido incurrir algún que otro eficaz y eficiente funcionario. Y ocurre que, ya el correo postal sólo sirve para recibir notificaciones o de tráfico, o de hacienda, o de los organismos autónomos recaudadores, o de catastro. Con los avances tecnológicos todo lo hacemos por medio de la sociedad de la información. Y así nos va. Con lo cual el acto doméstico-ordinario que solía efectuarse, en otros tiempos, de forma plácida y feliz, de abrir el buzón para comprobar la existencia de cartas llenas de poesía que le han devuelto la alegría, como decía Cecilia en su canción, ahora, es un suplicio.Tampoco puedo dejar de acordarme en este momento de cómo lo hacía mi padre: cigarro sujeto en la boca, periódico en el sobaco, cara alegre porque casi siempre le escribían de Logrosán, los hermanos Tejero; de Villafranca de los Barros, una amiga suya carlista; de Guareña, el que administraba los solares de mi madre en el Parque, en fin, correspondencia simpática a la que mi padre atendía con generosa puntualidad. Sensaciones agradables, placenteras. ¿Insignificantes?. No. A las pruebas me remito. Ahora, es dramático. Presientes que nada bueno vas a recibir. Acongoja. Atribula. Qué me voy a encontrar.Qué me habrán embargado hoy. Dónde habré faltado. Cuál habrá sido mi pecado. Esta situación la padece el ciudadano honrado. El que trabaja para sacar adelante a la familia. La mayoría. El que es sujeto de ese sin fin de derechos a que se refiere la Constitución y sobre los que yo suelo ironizar, (tal vez, con más frecuencia de la que debiera, no vaya a ser que incurra en alguna responsabilidad que me tengan que recriminar por escrito, dada mi condición de funcionario, y de lo que me tenga que arrepentir);  pero que luego, esos derechos, son lisonjas. No sirven absolutamente para nada. Sí, perdón, probablemente sean muy interesantes para proteger al terrorista, al criminal, al pedófilo, al mafioso, etc... Si no que se lo pregunten a Barcenas que en legítimo ejercicio de sus derechos se permite el lujo de demandar al Partido Popular e interesar de la administración pública la asistencia social que le corresponde como consecuencia del despido laboral improcedente del que dice haber sido sujeto

miércoles, 13 de febrero de 2013

LA RENUNCIA DEL PAPA, BERTONE Y STA. MARIA LA MAYOR




Hace seis años estuve de vacaciones unos días en Roma. Después de visitas turísticas agotadoras con ese frenesí de quien quiere verlo todo en tiempo record acudimos a multitud de Iglesias, monumentos, restos arqueológicos y demás pero, cuando se acercaba el momento de la vuelta, un Domingo, pensé que no estaría demás ir a Misa. Mas, como quiera que lo que pretendía era simplemente cumplir el trámite preceptivo sin más. Yo, que he de reconocer no estoy muy viajado, no por falta de interés sino por otras razones más prosaicas que no vienen al caso traer a colación, decidí acudir a la Iglesia que tenía más cerca del hotel y a una hora, en principio poco solemne pensando que la Misa de las 12:00 podía ser insoportablemente larga y además en italiano me iba a enterar de poco. De modo que a las 9:45 me personé en Santa Maria La Mayor o Santa Maria della Neve, teniendo la oportunidad de ocupar uno de los primeros bancos. Con lo que tuve ocasión de presenciar los ensayos de un coro maravilloso porque, al parecer, se debía estar preparando una gorda. Un acontecimiento litúrgico de primera magnitud en mi total ignorancia. Pronto empecé a comprobar que los asistentes que ocupaban bancos posteriores al mío debían ser ilustres personalidades a juzgar por las vestimentas (lo de vestimentas no es baladí es que se debía tratar de dignidades de otros ritos) y por el protocolo que observaban con ellos Pleitesía. Sí. Tal vez. Un inciso: nunca llegué a averiguar qué se conmemoraba con aquella Misa. Sigo. Todos estos detrás de mi. Una vez colocados en sus puestos todos los (muchísimos) asistentes y retirado el coro después de los ensayos de rigor, se produce la entrada por el pasillo central como de unos treinta sacerdotes revestidos como de Cardenales y Obispos que eran, mas que escoltados, rodeados por una serie de seglares con chaqué. Sorprendiéndome poderosamente que al final de todos entraba muy deprisa y en olor de las multitudes que ocupábamos los bancos, a los que nos estrechaba la mano y no cesabamos de aplaudir, quien luego me enteré era el popular Tarcisio Bertone. Una puesta en escena espectacular. Creo que es bastante lider. Esta fue mi primera visita a Santa Maria.



Todo esto viene a cuento de que con la renuncia de Benedicto XVI a la Sede Apostólica cobran especial importancia determinadas personas, cargos e instituciones. Ni que decir tiene que la forma en la que se produce la vacante es absolutamente excepcional. Nos tenemos que remontar cuatrocientos años aproximadamente para encontrar el antecedente más próximo.



Durante el tiempo en el que esté la Sede vacante serán los Cardenales del Colegio organizados bajo la autoridad del Cardenal Camarlengo, en la actualidad Tarcisio Bertone, los que rijan los designios de la Santa Sede hasta la proclamación del nuevo Papa. Hasta el año 2007 fue Cardenal Camarlengo el español Martinez Somalo. Otro español ocupa hoy por hoy un puesto de singular relevancia Santos Abril y Castelló Vicecamarlengo y arcipreste de Santa Maria La Mayor. El protocanónigo es nuestro Rey Juan Carlos.



Este tiempo de vacattio papal se regula fundamentalmente según lo ordenado por el Codigo Canónico por las disposiciones especiales dadas para esos casos. Teniendo la consideración de tal la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de Pablo II que preveía con gran pormenorización y detalle (hasta el atuendo que debía utilizar los cardenales) cuanto se debería proveer durante esta época. Pero, tengo la impresión, de que el redactor de la Constitución Apostólica en todo momento pensaba en que la vacante se producía por fallecimiento del Papa y no, como ocurre ahora, por su renuncia. Renuncia que no necesita de ser aceptada por nadie y tan sólo requiere que al efectuarla se obre libremente y revista un mínimo de formalidad. No precisando, ni tan siquiera, que se efectúe de forma escrita. En todo caso, la gestión de algunos aspectos de la vacante va a adolecer de algún que otro vacío legislativo.

martes, 12 de febrero de 2013

LA ULTIMA CATEQUESIS DE BENEDICTO XVI







Hace doce días tuve la oportunidad de ver al Papa Benedicto XVI durante sus catequesis de los miércoles en el Vaticano. Lo de “la oportunidad” no es sinónimo de casualidad sino que tiene su fundamentación en que se trataba de una actividad organizada como consecuencia de la visita que le estaba haciendo a mi gran amigo Eduardo Gutiérrez embajador de España ante la Santa Sede. No puedo resignarme (aunque si lo lee Eduardo puede que no le guste), y dejar de decir que mi amigo es un fenómeno. Un máquina de las relaciones internacionales, de la diplomacia. Que lleva España en el corazón. No digo más Eduardo. Tranquilo. Se que no te gustan las lisonjas.



Bueno pues con motivo de este viaje a Roma fui al Vaticano el miércoles 30 de enero de 2013 y en contra de mi percepción preliminar encontré un Papa mucho mejor de lo que me esperaba dada su avanzada edad. Aspecto radiante, voz firme y clara. Tenía el semblante alegre. Muy alegre. Entre el público se encontraba un mariachi completo dedicándole rancheras que el Papa agradecía complacidamente aunque supusiera una dilación de la audiencia general.



La catequesis que trataba del Credo y, concretamente, de Dios Omnipotente la impartió en ocho idiomas. También en árabe. Esto me sorprendió enormemente. Al final se rezó el Padrenuestro en latín y bendijo a la concurrencia y los objetos de devoción que portásemos. En mi caso un Rosario que, sobre la marcha, me regaló mi prima Rocio Monedero encantadora mujer, cónyuge del prestigioso diplomático destinado en la embajada de España en Roma en el Quirinal, Francisco Capote Yeregui. A quienes desde aquí aprovecho para darles las gracias por sus atenciones.



Volviendo a la catequesis del Papa también me llamó la atención, por un lado, en el aspecto formal, que todo su discurso en las diferentes lenguas fue leído hasta que utilizó la lengua alemana, en cuyo momento abandonó la lectura; por otro lado, desde el punto de vista del fondo, me sorprendió lo que yo interpreté como una peculiar y subliminal referencia ecológica al ecosistema cuando comentando la condición Todopoderosa de Dios, dijo, algo así como: ”...Dios a quien pertenecen todas las cosas porque todo ha sido hecho por El, revela su fuerza amando todo y a todos...”.



Además, hizo otras disquisiciones interesantísimas (que nos pueden ser muy útiles en determinados momentos de especulaciones religiosas) que explican el verdadero sentido final de la omnipotencia divina frente a la maldad, la injusticia, la inmoralidad, etc... como cesión de parte de aquélla a la libertad del individuo dada su condición misericordiosa, compasiva, que puede soportar el mal y ejerce la fuerza del amor.



La fuerza espiritual de la que les habó unos dias después a los Guardias Civiles que acudieron con el Ministro del Interior y el Embajador durante los actos de conmemoración del patronazgo de la Virgen del Pilar.