Vistas de página en total

miércoles, 26 de marzo de 2014

EL PIYAYO


A chufla lo toma la gente. Sí, a chufla se toma el personal la obsesiva, contumaz antieconómica e inconcebible permanencia ociosa a que se ven obligados, muchos de los empleados públicos, en los puestos de trabajo, considerados estos (los puestos) desde el punto de vista geográfico o espacial que no desde el teleológico o funcionarial como expresivo de una tarea administrativa que, ahora más que nunca, se ofrecería imprescindible actuar con el dinamismo que están deseando desarrollar la mayoría de aquéllos. de tener capacitados distribuidores de juego. De ese juego que están tan ávidos de realizar y que, sin embargo, por razones que les son ajenas, no les llega y no tienen más remedio que dejar transcurrir el tiempo que les marca el horrible reloj que señala jornadas interminables. Qué diríamos si Mesi o Ronaldo y tantos otros chuparan banquillo a porfia. Tata o Angeloti tendrían los días contados. En efecto a chufla lo toma la gente y a mi, como diría “El Piyayo” me da pena y me causa un respeto imponente. Porque se ha llegado a sublimar esa parte oscura que comporta el absurdo control de la nada con calificativos irónicos como “el relojero”, “el lado oscuro”, son como Don Cicuta y los tacañones. Campana y se acabó. Tiene gracia, a pesar de todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario