PRETENSIONES DECABELLADAS

La pretensión de detener a Jiang Zemin, con la repercusión comercial además de otras que sin duda alguna nos va a reportar; igual que la de que se tenga que demoler lo extemporáneamente acordado judicialmente por haber sido indebidamente construido en Valdecañas, en la turística Marina del mismo nombre, no sólo por la inversión acometida sino por los 300 puestos de trabajo (actuales) que absorbe el proyecto; deben inscribirse en el capítulo de decisiones adoptadas en claro desconocimiento de lo que debiera ser la atención al principio de la función social de la economía nacional. Todo esto, junto con la, pretensión de la inmatriculación en el ¡registro mercantil¡ del cuerpo de las abortistas, así como la otra bufonada, ya prácticamente olvidada, de Garzón pretendiendo abrir una causa al franquismo, de forma incompetente, para lo que instrumentó como diligencias previas la solicitud de los certificados de defunción de Franco, Queipo de Llano y otros lideres del régimen franquista y que dio al traste con su carrera judicial plagada, por otra parte, de conferencias y cursos lucrativos, no tenemos más remedio que integrarlas en el capítulo de lo que se ha dado en denominar como esperpento jurídico o basura administrativa. Que no quiere decir que se trate de la basura que se acumula cuando la incuria administrativa provoca ciertas disfunciones en el servicio público encargado de estos cometidos, sino la que es generada cuando se adoptan decisiones administrativas que afectan al interés general en claro desconocimiento de los principios que preside la razón y el sentido común.

Al elenco de despropósitos compilado anteriormente añadiremos la recientemente frustrada pretensión de los artistas en los premios goya, por la ausencia del titular del Ministerio de Cultura, que querían tenerlo presente durante el acto. 

Vaya coñazo que nos van a dar con la ausencia de Wert. Claro, es que hubieran sido mucho más lucidas las talentosas ocurrencias "repentizadas" sobre la marcha por nominados y premiados (después de un laborioso proceso de ensayos) en los, originales, goyas si se hubiera contado con la presencia del Ministro. 

-Después de que nos hemos tirado más de un mes preparando las gracietas que íbamos a representar, deberán decir los artistas, para que todo pareciese una acertada improvisación, coge y se va a Inglaterra. 

-Así no hay quien trabaje en esto de la cultura -se quejarán, y con razón-. 

-Estos fachas ya no nos dejan meternos ni con el ministro en su propia cara como Dios manda -dirán otros-. Con esta actitud absentista de los políticos no hay quien haga una película española medianamente aguantable. Continuarán arguyendo. 

Y es lógico, los chicos se desaniman y no será por falta de talento... Así no se puede. Por mucho que queramos esforzarnos en recurrir a los interesantes, sugestivos e innovadores argumentos como el de la guerra del 36, el de la marginación social, o el de las relaciones homosexuales en Afganistán...Y además ahora recortándonos las subvenciones.

Bueno, pues a pesar de todo Wert goza, por ejemplo, de la simpatía de mi hijo Rodrigo, al que valoro en gran medida por su especial intuición selectiva aunque en este caso no se si será que, por su corta edad tome partido por el afligido o en inferioridad de condiciones, o por qué , pero para Rodrigo, Wert es un crak, y, para mí, es un gran tipo que en su calidad de director de la política cultural del Ministerio no tiene entre sus funciones de promoción, protección y difusión de las actividades cinematográficas, escénicas y audiovisuales, la obligación de asistir a “escraches” institucionalizados ya desde hace por lo menos dos ediciones de los goya.