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jueves, 23 de enero de 2014

ANÉCDOTA REAL O LEYENDA URBANA




Dicen que contaba Juan Carlos Rodriguez Ibarra que, cuando aún era Presidente de la Junta de Extremadura y después de un acto público, se le acercó un propio con la siguiente demanda:

-Juan Carlos a ver si colocas en la Junta a mi hijo que si no va a tener que estar trabajando toda su vida.
La imprecación, con independencia de la ironía subyacente, tenía una carga de profundidad indudable. En efecto, lo mejor era tomárselo a guasa pero, ni que decir tiene que, aunque eran otros tiempos en los que debió producirse el lance, en los que no debía haber tanto paro como ahora y podía pensarse que alguien podía correr el riesgo de permanecer en permanente situación laboral, se trataba de una crítica velada por la enorme naturalidad con la que, al parecer, debió pronunciarse el conspicuo avisado interpelante. Pero de todo esto lo que me pareció inquietante, cuando tuve conocimiento de la anécdota, fue la referencia popular a la a la "inactividad" proverbial con que se adjetivaba la función pública extremeña dados los términos en que fue construido el silogismo proferido. Con respecto a esto último, no se si los tiempos habrán cambiado también como sería deseable pero, en cualquier caso, produce gran desasosiego el recuerdo de la anecdótica situación.

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