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lunes, 1 de octubre de 2012

INJUSTA DESIGUALDAD

Lo vengo diciendo desde hace tiempo: me da la sensación de que Tráfico en su jurisdicción disciplinaria y recaudadora ostenta (o por qué no, detenta) prebendas procesales de las que carecemos el común de los mortales a pesar de estar salvaguardadas, como derechos inherentes a la persona, constitucionalmente. Me refiero al derecho a no ser sancionado sino es como consecuencia de un procedimiento previo. A que las notificaciones restrictivas o limitativas de derechos se efectúen personalmente. Lo que quiere decir que se tenga constancia de que el sujeto pasivo de esas restricciones las ha conocido convenientemente (en esta materia la jurisprudencia es unánime). Creo que esta desigualdad de tratamiento no puede justificarse dentro del principio "ius principis" que se reconoce a la administración. Más bien lo considero una desviación de poder institucionalmente reconocida-admitida y paralelamente padecida por el contribuyente. Cuantas veces nos ha ocurrido que nos han comunicado, en un mismo acto y único, la comisión de una infracción de la que nos acusa el agente actuante, dertermina la pena aplicable y la ejecuta sin solución de continuidad con el aliciente de que si abonamos la mitad como buenos "marmolillos" nos beneficiaremos de no tener que padecer mayores quebrantos economicos y procesales. Las similitudes de este procedimiento con el diseñado por el Santo Oficio, primero, y la Inquisición, luego, (que en su día fue considerado como un alarde de reconocimiento de derechos que, hasta entonces, se le desconocían al ciudadano: la inquisición implicaba por lo menos investigar para sancionar) me parecen de lo más ilustrativo: aquí, como entonces, basta con la acusación  para arrostrar con las consecuencias de la infracción imputada. Igual que en aquélla época los denunciantes acusadores mantienen su anonimato bajo una numeración que los identifica. además les asiste, en su condición de agentes de la autoridad, la presunción de veracidad.

La proclama constitucional de "nulla pena sine previo procedimiento" aquí hace aguas.

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