LAS CAJAS

Poderosos multimillonarios en algunos países como Francia o Estados Unidos (Billy Gates, Warren Buffet; Loreal, creo que Ferrari, también), persuadidos de la situación económica calamitosa en la que nos encontramos vienen solicitando con denuedo, se les obligue a pagar más impuestos. Supongo que necesitaran se arbitre administrativamente el acto impositivo imprescindible para instrumentar sus ansias de liberalidad que vaya más allá de las atribuciones, donaciones y constituciones de fundaciones benéficas con que frecuentemente se vienen comportando, como es el caso de Estados Unidos, para beneficiarse de las exenciones tributarias que tales actos comportan.

Despejada esta última posibilidad, podemos afirmar que lo dicen de verdad. Están convencidos. Tan es así que no me extrañaría que alguno llegara a ponerse en huelga de hambre para enfatizar su decidida resolución contributiva.

Sin embargo en España nuestros millonarios banqueros prefieren cobrar el paro o darse de alta en el INEM después de haber percibido prejubilaciones, indemnizaciones o pensiones galácticas por haber contribuido a ponerlos (los Bancos, las Cajas) en la tesitura de tener que pedir la atención económica de los FROB. Y algunos son tan humildes, como el exalcalde de León (Francisco Fernández) que prefieren, los pobres, renunciar emotivamente a toda una vida dedicada a la política para que nos les contamine la percepción de la bagatela que se embolsan por su dedicación a la Caja de ahorros de turno (Caja Duero-Caja España) donde, sin duda, habrían prestado unos valiosísimos servicios dada su experiencia financiera y solvencia macroeconómica consecuencia de su preparación intelectual. A mi, he de reconocerlo, todo esto me conmueve. No sólo por el de León sino también el y la de Valencia (Caja de Mediterráneo su presidente y Directora General) y tantos otros que vienen pasando últimamente por similares vicisitudes entre las que se inscriben las “buenas prácticas” de, por ejemplo, ocultar al Fondo de Reestructuración provisiones que hubieran alterado la cifra final de beneficios que dijeron, al Banco de España, haber obtenido.