Vaya espectáculo que está dando la CAM (Caja de Ahorros del
Meditarráneo). No pasa un día sin que nos veamos sorprendidos con una nueva
“genialidad” económico-financiera. Las ha debido de haber para todos los
gustos. Y nosotros sin enterarnos. Y con “esto” era con lo que se iba a asociar la Caja de Extremadura para
crear esa nueva entidad que, luego, afortunadamente no llegó a perfeecionarse.
En menudo tinglado nos hemos podido meter, si no llega a ser por que en el
últimos momento deshicimos el camino que, virtualmente, estabamos recorriendo
al pre-si-pisio que dijera F. González.
En efecto, la mala cabeza de
bancos y cajas, ha provocado dos efectos importantes: por un lado, han
contribuido a un empobrecimiento globalizado. Hace unos años liberaban fondos
con inusitada prodigalidad irresponsable y, ahora, para restituir (reponer) la
situación originada se agarran al clavo ardiendo de los FROB instituidos, con
parte de nuestras provisiones, por el gobierno siguiendo instrucciones del
ECOFIN y de A. Merkel.
Pero con estos fondos, y este es
para mí el segundo efecto importante, lo que se hace, no es liberar con
agilidad medios para pimes, autónomos, etc…
Las restricciones impuestas por
el Banco de España siguen siendo las preexistentes en el momento de las vacas
gordas, pero que no se aplicaban con rigor. Ahora, sin embargo, sí son bien
estrictas. Bueno, pues despejado ese destino social, da la sensación de que las
entidades perceptoras de los fondos de reordenación cubren sus reservas y, en
ocasiones, atienden cumplidamente las estratosféricas retribuciones de sus
ejecutivos
En esta situación debería
proclamarse con intensidad el viejo postulado de luz y taquígrafos, así también
para las entidades financieras. De manera que además del control que el Banco
de España pueda ejercer sobre ellas, además de las cuentas que deban rendir a
sus órganos de control internos; el ciudadano, igual que tiene oportunidad de
conocer los pormenores de la administración de justicia en base a su derecho
constitucionalmente consagrado de acceso a la información, pueda estar al
corriente en todo momento de los entresijos de las entidades financieras, sobre
todo en determinados momentos, para cuyo rescate debe acudir empleando parte de
sus elementos patrimoniales
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