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miércoles, 30 de octubre de 2013

DISCREPANCIA

La reacción parece ser directamente proporcional: a medida que más enjuagues con los EREs del demonio encuentran, más ganas les entra de remover los huesos de Franco. Pero qué quieren hacer con tanto hueso como van a poner al retortero después de la Ley de la Memoria Histórica. No he visto gente más impregnada del culto a los muertos (¿tanatofilia?). Deben ser muy religiosos. Siempre he asociado esa predisposición favorable a tener el muerto, prácticamente, debajo de la almohada con mentalidades piadosísimas que no me cuadran con la de los promotores de esta peculiar “nouvelle” memoria . A mi madre que era muy devota le ocurría. Para nosotros era un suplicio del que nos escaqueábamos, he de reconocer, sin la menor consideración, cuando mamá, aproximándose estas fechas de los difuntos (o del jalogüin) planteaba en casa una “tourné” turístico-religiosa por los cementerios de Extremadura. Ahora, cuando lo que predomina es la teoría de prender el mixto (incineración), la caja de zapatos y, últimamente, el cohete y...¡pim, pam, pum¡ y si te he visto no me acuerdo. Bueno, pues ahora que la modernidad va por este lado, mucho más pragmático y acorde con el designio de los nuevos tiempos; resulta que tenemos la obligación de presupuestar unas partidas económicas (rascarnos el bolsillo una vez más, en definitiva, cuando el bolsillo está para pocas), que bien nos vendrían para otros menesteres más sociales de los vivos, para emplearlas en este frenesí de búsqueda de huesos (y reubicación subsiguiente) que, al cabo de setenta años, nos ha entrado. La verdad, personalmente, no me veo escarbando o excavando en la fosa común a la que llevaron a mi abuelo después de fusilarlo en Guareña en el 36 siendo imperecedero el recuerdo que puedo haber adquirido de el a través de sus hijos y de los que le llegaron a conocer. En la situación actual, cuando la economía está como está, con el problema del paro que nos atenaza, con la corrupción globalizada, con los terroristas y grandes criminales que se nos escapan por las rendijas de las cárceles abiertas desde Estrasburgo, cuando Mas desde Cataluña no deja de amenazar a los catalanes, que van a ser los más perjudicados, con la independencia; Cuando los terroristas excarcelados o en proceso de...se ríen en las barbas de nuestros jueces, cuando se resienten los cimientos de la inteligencia nacional por actos de espionaje serios, cuando la coyuntura es tan complicada como la actual, resulta que hay que dedicarse a buscar nuevos emplazamientos a los restos de nuestra historia pasada. Pues, no estoy de acuerdo.

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