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miércoles, 12 de febrero de 2014

EL POTORRO DE LA DE AMAIUR





Que fea, que ordinaria, que torpe en la forma, la expresión de la parlamentaria de AMAIUR ("en mi coño y en mi moño mando yo") que buenas retribuciones se mete todos los meses en sus partes a costa del estado español. Pero, en el fondo, que denigrante, que degradante para la mujer, emplear esa expresión soez sobre la titularidad legítima para la gestión de sus partes. 

Debemos quedarnos, cuando menos tranquilos, porque sea ella la única encargada de la manipulación de esos órganos sobre cuya indemnidad higiénica no me arriesgaría a apostar ni un mísero penique. A mi, por lo menos me da cierta seguridad, confiar en que en las partes pilosas, recientemente, identificadas por la compañera de AMAIUR, intervenga ella sola, única y exclusivamente. Pero pensar en que si no fuera por esa avocacion de competencias. su manipulación "potorril" hubiera podido estar asignada a un tercero me da miedo, bastante asco e incluso me llevaría a conmiserarme de quien tuviera encomendado tan prosaico menester. 

Pero lo que debería indignarnos a todos, más que la inadecuación terminológica empleada (darle un tratamiento tan prosaico a las expectativas de una nueva vida ¡qué dirán los ecologistas¡ cuando lo que  se pretende es legalizar el que se pueda impactar con tanto ímpetu -COMO SIGNIFICA EL ABORTO- en la naturaleza de la mujer), es pensar que estas declinantes señoras (la de ayer con su potorro y la de el otro día con su famoso recurso vaginal) se llevan todos los meses CALENTITOS más de tres mil euros que ponemos todos los españoles de nuestro bolsillo, trabajemos o estemos en el paro, para que se lo beneficien quienes lo único que hacen al cabo de su legislatura es decir cuatro improperios.

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