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domingo, 5 de febrero de 2012

"MIS PALABRAS SON COMO LAS ESTRELLAS: NADA OCULTAN"



Esto lo dijo el Gran Jefe Indio, Noha Seathl, de la tribu de los indios Suwamish, quien también dijo algo parecido a lo que quiso expresar Zapatero en la Cumbre de Copenhague, sobre no se qué (porque la verdad es que a Zapatero tampoco se lentendía bien, en muchas ocasiones) de la propiedad de la Tierra. Que si era del viento o del aire o de no se quien más. En cualquier caso una vez más, ahora ante la diatriba sobre la titularidad de la tierra conjeturada por Zapatero, no tengo más remedio que traer a colación a mi hermano Antonio que, en una brillantísima exposición en el último Foro de Derecho Agrario "Romualdo Hernández Mancha" (organizado por la Junta de Extremadura y el Consejo General del Poder Judicial) dijo que si siguieramos la dialéctica marxista que propugnaba que "la tierra es para el que la trabaja", en la época en que nos encontramos y en nuestra Región, la tierra habría que dársela a los rumanos, a los polacos, o a los colombianos; porque los nacionales, trabajar trabajar trabajan poco.

Además, como no se de un cambio radical a las políticas comunitarias (ya se van viendo intentos en este sentido) pocos van a ser los que entren en el reparto (ya sean nacionales o extranjeros) puesto que después de la Reforma McSharry, que estableció el pago compensatorio por la retirada de cultivo, las tierras era mejor dejarlas improductivas (no trabajarlas) para, así, ser beneficiario de las subvenciones. De modo que se podría llegar al esperpento de, adquiridas las tierras por los rumanos y alcanzada la titularidad de las mismas, cobrarían la subvención por el mero hecho de estar de brazos cruzados "oyendo el suave sonido del viento cabalgando sobre la superficie del lago y el olor del mismo viento lavado por la lluvia de mediodia o impregnado por la fragancia de los pinos" como proponía el Gran Jefe Suwamisch.

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